El proyecto Ex umbra in solem busca estudiar y ofrecer a un público amplio los manuscritos que dan cuenta de la enseñanza de la filosofía natural en Chile colonial, visibilizando así el desarrollo de la disciplina y poniendo en valor el patrimonio filosófico nacional.
La transmisión de la filosofía al continente americano se relaciona íntimamente con la interacción paulatina de, al menos, dos factores. Por una parte, las diferentes órdenes religiosas españolas y portuguesas que llegaron a América portando sus nutridos cuerpos doctrinarios y filosóficos y, por otra, las vastas redes comerciales que permitieron la numerosa llegada de libros y la formación de ricas bibliotecas que fueron fundamentales para la promoción y el desarrollo de la cultura escrita y la educación. Lo anterior no estuvo exento de regulaciones oficiales destinadas a censurar la importación y circulación de materiales impresos.
En aquel contexto, los residentes en los tempranos núcleos urbanos americanos utilizaron, en general, el libro como un instrumento de comunicación directa con los círculos académicos de Europa, lo que les permitió relacionarse con las normas intelectuales, científicas y morales que predominaban entonces en España y en el resto del Viejo Continente. Quienes podían acceder a estos libros, lo hacían a través de consolidadas redes comerciales, muchas veces en el mismo año de su impresión en Europa o poco tiempo después, y por ello, no se mantuvieron al margen de las corrientes intelectuales imperantes en el continente europeo.
En el siguiente artículo, se ofrecen los aspectos históricos que consideramos fundamentales para comprender cómo el comercio y el control del tráfico librario desde Europa a América y la formación de las primeras bibliotecas, propiciaron el resguardo de variadas obras filosóficas y humanísticas que fueron fundamentales en la promoción y el desarrollo de la cultura escrita, de la educación, y de la transmisión de la filosofía al continente americano.
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