El proyecto Ex umbra in solem busca estudiar y ofrecer a un público amplio los manuscritos que dan cuenta de la enseñanza de la filosofía natural en Chile colonial, visibilizando así el desarrollo de la disciplina y poniendo en valor el patrimonio filosófico nacional.
En esta ocasión, nos adentraremos en el contexto de la Segunda Escolástica, un período intelectual que dejó una profunda huella en la historia de la teología y la filosofía. Nuestra atención se centrará de manera preeminente en el ámbito académico, a través de la exploración de diversas perspectivas relacionadas con este período histórico. Este análisis nos permitirá establecer una conexión de relevancia entre las concepciones presentadas en la Segunda Escolástica y el impacto ejercido por la Compañía de Jesús en el ámbito de la educación y la formación filosófica en el contexto colonial chileno.
La Segunda Escolástica, un periodo teológico que se desplegó con fuerza en el siglo XVI, marcó un capítulo relevante en la historia de la teología cristiana. Influenciada por el contexto de transformación cultural que se desenvolvía en la transición del Renacimiento al Humanismo, esta corriente teológica emprendió una renovación profunda en las bases teológicas y filosóficas de su época. Uno de los puntos más destacados de esta revolución intelectual fue la reconsideración de la relación entre la razón y la fe, así como la convivencia de la teología especulativa y la teología mística. Del mismo modo, se esforzó por encontrar un equilibrio entre estas dos dimensiones, lo que permitiría una comprensión más profunda de lo divino (Lázaro, 2023, pp. 143-144).
En particular, se hace énfasis en la teología especulativa de los teólogos universitarios, especialmente los de Salamanca, como un enfoque teológico que parte del realismo tomista para llegar al conocimiento místico. Se plantea que los místicos recogidos en el llamado Siglo de Oro de la Península Ibérica representan una forma de pensamiento desde la tradición poética en su vertiente mística, buscando la sabiduría desde la perspectiva de la inteligencia y la razón teológica. Diversas órdenes religiosas, como los dominicos, franciscanos, jesuitas, entre otros, se presentan como portadoras de nuevas vivencias dentro de una tradición nunca perdida, y en diálogo , con las lecturas humanistas (Lázaro, 2023 p.146 ).
Miguel de Ureta S. J., Disputationes in omnes Physicorum libros Aristotelis, 1727 (v. 90, Fondo Antiguo, Archivo Nacional Histórico, Santiago de Chile, ff. 1r-206v)
Este período teológico puso de relieve la importancia de la integración de la razón y la fe en la teología. A diferencia de la noción prevaleciente que consideraba a la razón y la fe como conceptos mutuamente excluyentes, la Segunda Escolástica argumentó que ambas dimensiones podían coexistir y enriquecerse mutuamente. Esta perspectiva impulsó una exploración más profunda de cómo la razón y la experiencia mística podían complementarse en el estudio de cuestiones teológicas y filosóficas. En esta búsqueda de armonía, la Segunda Escolástica influyó de manera significativa en el enfoque que la Compañía de Jesús adoptó en la educación y la formación de sus miembros (Lázaro, 2023 pp. 140-141).
Ahora bien, la integración de los jesuitas con las ideas de la Segunda Escolástica se manifiesta en su enfoque educativo que se convirtió en un paradigma conocido como el "modus parisiensis". Este se caracterizó por una organización cuidadosa y una selección minuciosa de autores y textos (Codina, 2004, p. 6). Esta elección no fue meramente un ejercicio de selección literaria, sino que también reflejó una declaración de principios educativos y filosóficos. Los jesuitas se esforzaron por enriquecer el pensamiento de sus estudiantes al exponerlos a diversas perspectivas filosóficas y teológicas (Codina, 2004, pp. 11-12). De esta manera, buscaron fomentar el pensamiento crítico y el diálogo filosófico, en sintonía con la Segunda Escolástica.
Manuel de Ovalle S. J., Logicae, Physicae, Metaphysicae & Animasticae Certamen, 1705-1707 (v. 78, Fondo Antiguo, Archivo Nacional Histórico, Santiago de Chile, ff. 1r-304v)
Para complementar su enfoque pedagógico, se desarrolló el programa de formación jesuita conocido como Ratio Studiorum. A pesar de su enfoque central en las humanidades, también incorporó elementos de las ciencias y las matemáticas en el currículo. Este enfoque integrador reflejaba el compromiso de los jesuitas con la idea de que la fe y la razón podían coexistir y enriquecerse mutuamente en la formación de sus estudiantes (Valenzuela, 2016, pp. 76-77).
Además de centrarse en la integración de razón y fe, la adaptabilidad de los jesuitas se manifestó en su uso de reproducciones manuscritas junto con los libros impresos en la enseñanza (Aravena, 2022, p. 256). Esta estrategia no solo garantizaba la calidad de la educación, sino que también facilitaba la difusión de ideas y contenidos, superando las limitaciones geográficas y logísticas. Esta práctica ejemplificó la capacidad de los jesuitas para adaptarse a las necesidades locales y promover la exploración intelectual, en línea con la Segunda Escolástica (Aravena, 2022, p. 258).
En el contexto del vínculo entre la razón y la fe, se destacan dos influyentes jesuitas: San Ignacio de Loyola y Antonio Ruiz de Montoya. Ambos fueron figuras relevantes que desempeñaron un papel significativo en la integración de la razón y la fe en la teología cristiana. San Ignacio de Loyola, conocido por sus "Ejercicios Espirituales", es considerado un místico cuya obra refleja una profunda relación entre la razón y la fe. A través de sus Ejercicios, Loyola proporciona un marco para la introspección espiritual que combina elementos de misticismo con una base lógica y racional. Este enfoque permite a los individuos experimentar una relación directa con Dios, al tiempo que se apoyan en la reflexión y el entendimiento. La influencia de la observancia franciscana en la espiritualidad afectiva y la búsqueda de un contacto directo con Dios se encuentra en la tradición ignaciana expresada en los Ejercicios Espirituales (López, 2021, p. 260).
Por otro lado, Antonio Ruiz de Montoya, en su tratado místico titulado "Sílex del Divino Amor", manifiesta el misticismo desde múltiples perspectivas. La temática de su obra, el uso del lenguaje y la estructura del contenido demuestran su profundo compromiso con la búsqueda de una comprensión más profunda de la fe a través de la experiencia mística (Ferreiro, 2009, p. 55).
Ambos jesuitas representan ejemplos destacados de cómo la razón y la fe pueden converger en la espiritualidad cristiana, enriqueciendo la tradición teológica y fomentando un entendimiento más completo y profundo de la relación entre ambos conceptos. Junto con esto, vemos que la contribución de la Compañía de Jesús a la educación y la teología durante la Segunda Escolástica no se limitó simplemente a la instrucción, sino que estableció un paradigma educativo que abrazaba la síntesis de razón y fe. A través de su enfoque pedagógico y la promoción del diálogo filosófico, la Compañía de Jesús desempeñó un papel fundamental en la formación intelectual y espiritual de sus miembros, influyendo significativamente en la manera en que abordaron las cuestiones teológicas y filosóficas. La interconexión entre la Segunda Escolástica y la Compañía de Jesús resalta la importancia de esta corriente teológica en la formación y el pensamiento de la orden jesuita, marcando un período de cambio y desarrollo intelectual en la historia de la educación y la teología cristiana.
Por último, es relevante destacar la posibilidad de examinar los manuscritos que testimonian ideas vinculadas con la Segunda Escolástica en las obras de los jesuitas chilenos. Una gran parte de estos documentos se encuentra en el Archivo Nacional Histórico y establece un vínculo fundamental con la Compañía de Jesús en la época colonial de Chile. El proyecto Ex umbra in solem facilita el acceso a fotografías digitalizadas de una parte significativa de estos manuscritos jesuitas. Estas imágenes se ponen a disposición de los investigadores y académicos, permitiendo su análisis detenido y estudio minucioso. Así, este valioso recurso contribuye de manera directa a la construcción de la historia de la filosofía en la época aludida. Al desentrañar el pensamiento y las obras de los jesuitas chilenos, se arroja luz sobre el contexto intelectual de la Segunda Escolástica y su influencia en la filosofía en América del Sur en general y en Chile en particular.
Referencias bibliográficas:
Aravena, A. (2022). La enseñanza de la filosofía en el colegio Máximo San Miguel de Santiago de Chile durante el siglo XVIII. História Unisinos, Vol. 26, N° 2, 256-266.
Codina, G. (2004). El «Modus parisiensis». Gregorianum, 85(1), 43–64.
Ferreiro , J. (2009). Antonio Ruiz de Montoya, Misionero y Místico. Los variados caminos de la Fe en el Virreinato Peruano (siglo XVII). Diálogo Andino - Revista de Historia, Geografía y Cultura Andina, (33), 43-58.
Lázaro, M. (2023) ¿Qué es la segunda escolástica? Modernidad y Limites. En Langella, S. y Ramis Barceló, R. ¿Qué es la Segunda Escolástica? (133-158). Editorial Sindéresis. Madrid, España.
López, E. (2021). El Tercer Abecedario Espiritual y los Ejercicios Espirituales de san Ignacio Observaciones comunes. Teología y vida, 62(2), 253-273.
Valenzuela, C. (2016). Griegos y romanos en un colegio jesuita del fin del mundo. Renacimiento y libros clásicos en el inventario de la biblioteca del Colegio Máximo de San Miguel. Revista Historias del Orbis Terrarum, N° 17, 74-93.
Samantha Fernández M.
Profesora de Filosofía
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