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Comentarios a los tres libros Acerca del alma según nuestro Doctor Sutil Duns Escoto, Príncipe de lo

Distinción Séptima: Sobre la potencia intelectiva


Cuestión 2ª: Si las especies inteligibles impresas necesariamente están puestas en el intelecto.


Supongo que las especies, por los estudiosos del alma, se toman por semejanza o representación, la que en efecto es doble: una formal, que se llama especie expresa, acerca de la que más abajo se explica; y la otra es una representación virtual, en cuya facultad está contenida la formal. Esta representación virtual es llamada especie impresa, puesto que la potencia es grabada por el objeto, y se predica respecto del género de la cualidad. Puede describirse de este modo: «es la cualidad que en el lugar del objeto se presenta a la potencia cognoscitiva, de manera que al mismo tiempo concurra con aquella en acto».


Entonces, respecto de la necesidad de esta especie investiga la presente cuestión, sobre la que, para nosotros, hay que decir con la opinión común que necesariamente las especies inteligibles impresas deben ser puestas en nuestro intelecto naturalmente antes del acto de inteligir para causar la misma intelección, así como afirma nuestro Doctor en el libro I, distinción tercera, cuestión sexta y es una conclusión común entre los filósofos y teólogos.// [292r]


Prueba: de esta manera se tiene que el intelecto es a la intelección como el sentido a la sensación, pero los sentidos, tanto internos como externos, de ningún modo pueden sentir sin las especies sensibles: por tanto [el intelecto no puede inteligir sin las especies inteligibles impresas].


Argumentarás primero: si en el intelecto se diesen las especies impresas siempre inteligiría, pero, esto es absurdo: por tanto [las especies impresas no se dan]. Se prueba la mayor: la causa natural suficientemente aplicada y no impedida obra necesariamente, pero el intelecto se aplica suficientemente a la intelección por medio de las especies, en el supuesto que se diesen, y no obstante es la causa natural: por tanto [las especies inteligibles impresas no se dan].


Se responde negando la mayor y como prueba digo que por estar el intelecto sometido al imperio de la voluntad no intelige necesariamente siempre, aunque respecto de la primera intelección sea siempre la causa necesaria. Por consiguiente, es necesario que el intelecto tenga al mismo tiempo muchas especies, ya se mueva sólo por ésta, cuyo singular más fuerte mueve un sentido, ya por ésta, con la que se aplica a causar por voluntad.


Argumentarás por último: hay muchas cosas conocidas por nosotros de las cuales no tenemos especies inteligibles: por tanto, éstas no son necesarias. Se prueba el antecedente: no tenemos especies inteligibles de la naturaleza de Dios, ni de los ángeles ni de otras cosas espirituales, puesto que el sentido no es movido por éstas, mas todas estas cosas son conocidas por nosotros: por tanto [las especies inteligibles impresas no son necesarias].


Se responde distinguiendo la mayor: de las [cosas] que no tenemos especies inteligibles ni propias ni ajenas, las niego; solo concedo las propias; por tanto, es lícito que toda intelección provenga de alguna especie inteligible; sin embargo no toda intelección es provocada por la propia especie de aquella cosa que inteligimos, pues muchas veces progresamos desde la imagen y el conocimiento de una cosa hacia el conocimiento de otra.



Ms. (ff. 291v-292r), Archivo Histórico Franciscano, Santiago de Chile.


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